En
contraste con la radioterapia externa en la que rayos X de alta energía se
dirigen al tumor desde fuera del cuerpo, la braquiterapia requiere la
colocación precisa de las fuentes de radiación directamente en el lugar del
tumor. Un aspecto importante de
la braquiterapia es que la radiación sólo afecta a una zona muy localizada
alrededor de las fuentes de radiación. La exposición a la radiación de los
tejidos sanos más lejos de las fuentes es por lo tanto reducida. Además, si el
paciente se mueve o si hay algún movimiento del tumor dentro del cuerpo durante
el tratamiento, las fuentes de radiación conservan sus posiciones correctamente
en relación con el tumor. Estas características de la braquiterapia ofrecen
ventajas sobre radioterapia externa, el tumor puede ser tratado con dosis muy
altas de radiación localizada, mientras que se reduce la probabilidad de un
daño innecesario a los tejidos sanos circundantes.
Un
tratamiento con braquiterapia se puede completar en menos tiempo que de otras
técnicas de radioterapia. Esto puede ayudar a reducir la probabilidad de que
las células cancerosas sobrevivan, se dividan y crezcan en los intervalos entre
cada dosis de radioterapia. Normalmente los pacientes tienen que hacer menos
visitas a la clínica de braquiterapia en comparación con radioterapia externa,
y el tratamiento se realiza de forma ambulatoria. Esto hace que el tratamiento
sea accesible y conveniente para muchos pacientes. Estas características de la
braquiterapia reflejan que la mayoría de los pacientes son capaces de tolerar el
procedimiento de braquiterapia muy bien.
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